Por Pilar Gómez, Sergio Beleña, Patricia Seijas
Se le ve tranquilo, pero no relajado. Sabe que el que las encuestas le sean favorables no ayuda, y por eso durante toda la entrevista pide a los andaluces que le den una mayoría suficiente para gobernar en solitario. Es respetuoso al máximo con Vox, pero no quiere a Macarena Olona como vicepresidenta. Sí como rival. En estos años de gobierno, ha madurado en política. Ya es un gestor reconocido y, al margen de la ideología, las cifras le avalan. Es de esos que, para algunos del partido, "no dan la batalla cultural". Él quiere ser el presidente de todos, ser trasversal y hacer que la gente viva mejor. Al menos esa es su bandera. Augura que Feijóo llegará a la Moncloa y ve al partido ilusionado tras la marcha de Casado, para el que pide un reconocimiento como presidente del partido. No está cómodo en el enfrentamiento, pero, si tiene que dar una batalla, llega hasta el final.
- Usted conoce bien a Elías Bendodo y no es de equivocarse, ¿realmente fue un error cuando dijo que España era un Estado plurinacional?
- Evidentemente sí. Él mismo ha reconocido que cometió un error. En Andalucía hay un dicho: "Quien tiene boca se equivoca", y, cuando uno está todo el día en los medios, y nos pasa habitualmente a todos los que estamos en el primer nivel, a veces cometemos errores. Cambiamos palabras… sustantivos, adjetivos o las añadimos, y se producen expresiones inapropiadas. Es algo normal en la política. Rápidamente se corrigió y creo que no hay que darle más importancia.
- Pero Feijóo habló de la "nacionalidad catalana" en su visita a Barcelona.
- Habló del artículo segundo de la Constitución, que habla de la indisolubilidad de la nación española. Feijóo lo ha dejado claro de una manera precisa y explícita. Cuando se refiere a nacionalidades, lo hace desde el punto de vista que refleja la Constitución. Nadie duda de la defensa que ha hecho el PP de la nación española. No es discutible. Otra cosa es que somos conscientes de que España es plural, es diversa, es singular, y eso es parte de la realidad que la hace grande.
- Este debate en el PP se ha abierto con la llegada de Feijóo…
- Bueno, eso es porque hay una intencionalidad por parte de otras fuerzas políticas de querer marcar a Alberto Núñez Feijóo, que está subiendo en las encuestas, y de intentar frenarlo. Pero aquí es muy claro. Insisto en que nadie discute la defensa a ultranza de la unidad de la nación que hemos hecho. Nosotros, al igual que otras fuerzas políticas, la hemos defendido incluso con la vida de muchos compañeros que hemos perdido. Pero nosotros somos un partido autonomista también y somos un partido que reconocemos la propia diversidad que tenemos en nuestro país. Esa pluralidad nos hace ser una nación maravillosa.
- En clave electoral, la última hora es que Macarena Olona puede tener problemas para ser la candidata.
- En primer lugar, el máximo respeto a la Junta Electoral de Andalucía y a la Junta Electoral Central tomen la decisión que tomen. A mí, personalmente, me gustaría concurrir con todos los candidatos que se han anunciado y que se han propuesto por parte de las distintas formaciones políticas. Es verdad que las normas están para cumplirlas. Será, por tanto, la Junta Electoral la que tendrá que resolver y dirimir esta situación referente al empadronamiento en Salobreña de la candidata de Vox.
- Siempre se ha dicho que tenía miedo al efecto Olona porque movilizaba a la izquierda.
- La palabra 'miedo' no creo que sea la apropiada, yo le tengo respeto como a todos mis adversarios, porque todos tienen cosas buenas y son potentes, todos y cada uno de ellos, y por tanto yo les tengo mucho respeto, pero miedo no tengo a ninguno de ellos.
- ¿Garantiza usted a sus votantes que no pactará con Vox después del 19-J?
- Puedo garantizar a mis votantes que el Gobierno de Andalucía será para todos los andaluces, voten lo que voten, y cumpliendo el Estatuto de Autonomía completo. Mi voluntad es esa. Es un compromiso absoluto y una línea roja. Y, lo segundo, yo voy a pelear para gobernar en solitario. Mi objetivo, y es para mí irrenunciable, es gobernar en solitario. Y creo, además, que se puede conseguir. El jueves estuve en Dos Hermanas y muchos ciudadanos a los que saludé me trasladaron que, viniendo de la izquierda, estaban dispuestos a votarme. Por tanto, si conseguimos movilizar esa mayoría razonable, serena, constructiva y moderada que hay en Andalucía, lo lograremos. Si la Andalucía real sale a la calle, puedo obtener una mayoría suficiente para gobernar en solitario.
- ¿Se refiere a sumar más que todo el bloque de la izquierda?
- Correcto. Incluso aproximarme a la mayoría absoluta todo lo que se pueda. Sé que ahora mismo es prácticamente imposible porque hay mucha división, muchos partidos, pero aspiro a lograr un resultado que me permita gobernar sin ataduras.
- Vox ahora exige entrar en los gobiernos.
- Primero vamos a esperar a ver cuál es el resultado, qué es lo que quieren los andaluces. Los andaluces pueden decidir si quieren un Gobierno en solitario o si quieren un Gobierno en coalición. Pero voy a advertir de una cosa que también podría pasar. Ahora mismo, hay ocho formaciones políticas de izquierda. Está el PSOE, Por Andalucía, Equo… y el partido de Teresa Rodríguez, Adelante Andalucía. Lo que puede pasar es que, si juntos tienen un escaño más que el PP, haya un Gobierno Frankenstein con ocho partidos de izquierda radical gobernando Andalucía. Por tanto, son los andaluces los que tienen que decidir si quieren ese Gobierno o quieren uno de centro, liberal, ponderado y equilibrado, como el que creo que representamos nosotros, o quieren también hacerle un guiño a Vox. Lo que cuenta es la palabra de los andaluces. Yo voy a pelear hasta el final para gobernar en solitario.
- Cuando hablaba de un Gobierno que cumpla el Estatuto de Autonomía entiendo que se refería a que algunas exigencias de Vox son incompatibles con este compromiso…
- Las líneas rojas del PP son gobernar para todos, para la mayoría. Por ejemplo, si Vox plantea que hay que acabar con Canal Sur, pues no se puede acabar con Canal Sur porque viene recogido en nuestro Estatuto de Autonomía y no puede entrar en ninguna negociación. Hay una serie de cosas que vienen recogidas en nuestro Estatuto de Autonomía, y todo lo que viene recogido en los Tratados de Autonomía, como ha sido aprobado por los andaluces y es parte de la Constitución, no se va a negociar nunca mientras yo sea el candidato a la Presidencia de Andalucía, porque el ordenamiento jurídico no lo voy a tocar. Y, lo segundo, yo hablo de gobernar para todos, que significa hacerlo para todas las sensibilidades. Para el que vota a la izquierda, el que vota a la derecha, el que vota al centro… No voy a hacer una política exclusivamente para unos pocos.
- Con este poco margen de entendimiento, si no logra esa mayoría, ¿se ve repitiendo las elecciones?
- Podría pasar.
- ¿No lo descarta?
- No descarto nada, podría pasar. Si no hay un acuerdo por parte de las formaciones políticas, entonces al final nos podríamos ver obligados a ir a una repetición de elecciones. No es lo deseable, no es lo que yo quiero, no es lo razonable. Por eso digo que los andaluces tienen que meditar y tienen que reflexionar muy bien qué quieren. Tienen varias opciones. Dar una mayoría suficiente a un Gobierno de centro liberal como representa el PP en Andalucía, un Frankenstein siguiendo el modelo Sánchez o propiciar que los populares tengamos que llegar a acuerdos que no deseamos porque no tenemos apoyos suficientes.
- Ciudadanos parece que está fuera de todas las ecuaciones en las encuestas. ¿Contará usted con Juan Marín si vuelve a gobernar?
- La experiencia con Ciudadanos ha sido positiva. Somos el único Gobierno que vamos a terminar hasta el último día con cada uno en su función, sin ceses. En Andalucía, cuando había coaliciones, si se disolvían, el partido imperante cesaba al resto de consejeros, como ha pasado en otras comunidades. Aquí hay buena sintonía política y personal. Y a mí me hubiese gustado que los consejeros de Ciudadanos se hubieran integrado en la lista del PP. Lo digo públicamente. Me hubiera encantado y fue un ofrecimiento. No ha podido ser y lo respeto, pero yo les hice la propuesta a todos ellos, y desde luego a mí me gustaría contar con personas que hay en torno a Ciudadanos en mi Gobierno. Creo que la fórmula PP-Cs ha sido razonablemente buena.
- Y, si gana el PSOE, ¿dejaría usted gobernar a la lista más votada?
- En España tenemos que, de una vez por todas, llegar a un gran acuerdo que nos permita definir la mayoría. Ver opciones como, por ejemplo, si la lista más votada recibe un plus para tener la mayoría.
- ¿Cambiar la ley electoral?
- Para el país es bueno dar estabilidad a las instituciones y la única manera es cambiar la ley. El problema que tenemos es ¿estaría el PSOE dispuesto? Nosotros sí. ¿Se sentarían a negociar un cambio para que el que gane gobierne, pero con garantías? Eso sería lo deseable para España. Fíjese que hay municipios en Andalucía donde ha habido coaliciones de Gobierno de 11 partidos, eso es ingobernable. Lo mismo que está sucediendo ahora mismo en España, donde los partidos políticos pequeños, los independentistas, tienen secuestrado al Gobierno por la voluntad de Sánchez de dejarse secuestrar para mantener el poder. Partidos que tienen cinco escaños o dos y ejercen una gran influencia en los intereses de la mayoría. O sea, una minoría nos impone a una mayoría una política determinada. Creo que esto es malo para España y malo para las instituciones y, por lo tanto, ese debate hay que abrirlo de una manera serena y tomar una decisión.
- Intuyo que tiene pocas esperanzas de que el candidato del PSOE, el señor Espadas, le facilite gobernar con una abstención si es usted la lista más votada.
- Es lo que ha dicho él. Yo ya lo sabía, porque, cuando tuvimos que votar el presupuesto de 2022, se negó a aprobarlo. Solo pretendía una abstención, no su apoyo para sacar adelante unas cuentas que eran necesarias. Sé positivamente que el señor Espadas, que representa al socialismo clásico, antiguo, viejo, no va a facilitar que gobierne en solitario.
- Este fin de semana, Ayuso ha sido coronada como presidenta del PP de Madrid. ¿Se han cerrado las heridas tras la grave crisis?
- Hemos hecho algo que parecía imposible, y en un tiempo récord. Un congreso extraordinario y de unidad, porque el congreso de Sevilla ha sido un congreso de unidad, y tener un liderazgo claro, nítido y reforzado con Alberto Núñez Feijóo. Y, además, algo más importante: hay ilusión en las filas del PP. Eso lo hemos hecho y lo hemos hecho en semanas. Y ha sido una obra colectiva de todos. Gracias a la generosidad de la mayoría, incluso de los que se van, y también a la audacia de los que han llegado, que han sido generosos a la hora de incorporar y dar a cada uno su sitio. El PP está ahora mismo en condiciones de disputar la Moncloa a Sánchez. Ya no somos el partido de la oposición, Feijóo no es el líder de la oposición, es la alternativa, y ahora lo somos más que nunca. Lo estamos viendo en las encuestas y en la ilusión que hay en la calle. ¿Y cómo lo está haciendo Alberto? A mí me parece que muy inteligentemente. Tiene solidez en términos de gestión, solidez intelectual, experiencia y entiende el partido. Un partido plural, como la España plural. El PP funciona bien cuando es un fiel reflejo de lo que es España.
- ¿Antes no lo era?
- Antes no se reflejaba la diversidad y la pluralidad de España. Creo que ha fallado entender que el PP es un partido también autonomista desde nuestra fundación. Y eso se olvidó. Esa sensibilidad autonómica se perdió.
- Ha aludido a la "generosidad de todos", pero Ayuso ha dejado fuera del vídeo inaugural de su congreso a Casado. Solo están Fraga, Aznar y Rajoy…
- Las decisiones que se adoptan en el comité organizador de este congreso, del que soy completamente ajeno, las respeto. Pero Pablo se merece su sitio en la historia del PP y se merece su sitio porque Pablo disputó unas primarias, las ganó, y supuso un cambio generacional, supuso refrescar al PP y supuso un capital de ilusión. Por tanto, Pablo tiene que ser reconocido como presidente del partido. Y creo que Pablo va a contribuir y ha contribuido a la futura victoria de Feijóo. Pablo ha hecho cosas positivas también en el partido. Quizás al final se cometieron errores, quizá faltó definición de proyecto o definición de un equipo más sólido, pero lo que está claro es que Pablo ha contribuido y estoy convencido de que contribuirá a la futura victoria del PP.
- Habla de Feijóo como un mesías para el PP.
- Lo principal que ha cambiado con Feijóo son las expectativas. Ahora hay opciones de gobernar y, al final, un partido político tiene un fin, que es gobernar para trasladar su proyecto político a las instituciones. Alberto ha materializado esas opciones. Primero porque tiene mayoría absoluta en Galicia, tiene un halo de ganador, de éxito. Y, después, porque ha conseguido en muy poco tiempo generar esa expectativa y esa ilusión. Hoy en la calle la gente ve posible que Alberto gobierne frente a Sánchez y los independentistas. Eso antes no sucedía, aunque fuese posible, no llegaba a la gente.
- Uno de los retos del viejo y del nuevo PP es la relación con Vox. El líder ha marcado distancias, pero hay muchos votantes que bendicen los acuerdos con los de Abascal.
- Hay una parte importante de Vox que viene del PP. Es fruto de una fuga de dirigentes del PP y de votantes. Por tanto, hay una parte importante de Vox que nosotros deseamos que vuelva al PP, porque es su sitio natural, es su casa común, es la casa común del centroderecha, es el PP, es la referencia. No existe otro partido que sea la casa común del centroderecha. Hay otra parte de Vox que ya no viene del PP y que representa un proyecto político con el que nosotros no estamos de acuerdo. Cuando escuchamos a esa parte de Vox hablar de que son euroescépticos, nosotros, que hemos sido fundadores de la Unión Europea, no podemos estar de acuerdo. Tampoco cuando escuchamos que no creen en el Estado de las Autonomías. La autonomía tiene también sombras, y hay cosas que hay que corregir, pero ha contribuido al progreso y al bienestar de España. Por tanto, ahí estamos en contra, igual que cuando se niega una realidad como la violencia machista. No podemos estar de acuerdo cuando escuchamos a una parte de Vox que niega cosas tan evidentes como el cambio climático. Por eso digo que Vox tiene una parte que viene de nosotros y podemos coincidir con ella, como en la economía o la defensa de la integridad de España. Pero hay otra en la que es un partido ajeno al nuestro, como en el modelo social, y, por tanto, es muy difícil coincidir con él.
- ¿Esa parte es el Vox de ultraderecha?
- No soy de catalogar. Nunca lo he hecho, porque a lo largo de la vida siempre te intentan poner apellidos que no te corresponden. Las etiquetas, que las pongan los ciudadanos con hechos. Vox es un partido democrático, que cumple con la normativa vigente en la Constitución, por tanto, constitucionalista. Y, mientras cumpla con esas obligaciones como partido, merece el respeto y la consideración. Y yo se lo tengo, aunque no comparta muchas cosas con ellos.
- Vamos a entrar un poco en campaña. Ahora ya no le sirve lo de acabar con 40 años de socialismo ¿Cuál es el proyecto?
- El anuncio es muy sencillo. El gran cambio que se ha producido en Andalucía es el cambio a la normalidad en el sentido de que goza de prestigio, de un prestigio que habíamos perdido durante muchos años. Las noticias de Andalucía estaban vinculadas a la corrupción y a las irregularidades. Afortunadamente, eso ya ha pasado. Las noticias ahora son buenas. Uno de cada cuatro empleos nuevos en España se crea Andalucía, somos líderes en autónomos, somos una de las economías que más avanza, ese es el gran cambio que se ha producido. Y, además, todo eso protegiendo los servicios básicos fundamentales como la educación o la sanidad. Durante 40 años han dicho que, cuando llegáramos nosotros, íbamos a arrasar con todos los derechos sociales. Bueno, pues no solamente hemos mejorado los derechos sanitarios, educativos, el servicio social y la dependencia batiendo récords en inversión por encima de la izquierda, sino que, además, hemos hecho crecer la economía andaluza.
- Pero ahora se hereda a usted mismo.
- El reto del futuro, que yo creo que es lo que a los andaluces más les ilusiona en términos de orgullo personal, es que Andalucía tiene la firme determinación de ser líder en creación de empleo, generación de económica y progreso. En España, nosotros somos la tercera economía y vamos a pelear por ser la segunda, que es Cataluña y luego la primera. ¿Qué tenemos que hacer? Competir. Vamos a igualarnos fiscalmente a Madrid. Toda esa bajada de impuestos que Madrid ha hecho durante décadas, la vamos a hacer en esta segunda legislatura. Habrá otra bajada masiva de impuestos. Cuando hemos igualado algunos impuestos como sucesiones y donaciones, o el IRPF, hemos tenido 280.000 contribuyentes nuevos, que han supuesto más ingresos a las arcas públicas y que vivan en Andalucía 82.000 personas más.
- Hacienda prepara un plan fiscal para armonizar impuestos en todas las comunidades y evitar casos como el de Madrid.
- Eso sería el mayor ataque a la autonomía de España. Un partido que habla de federalismo va a atacar la autonomía fiscal de las comunidades. Si hace eso, su discurso federalista se habrá quebrado por completo. En Andalucía vamos a defender la bajada de impuestos con uñas y dientes. Recurriremos a donde haga falta. Al Constitucional, al Supremo… Y haremos lo que haya que hacer para defender nuestra autonomía fiscal. Solo faltaba que, encima, nos obliguen a subir los impuestos a los andaluces.
- Ha hablado antes de corrupción y al PP siempre le persigue. Ahora hay más audios de Villarejo que salpican a su partido.
- Siempre que hay elecciones, el PSOE saca temas de corrupción que afectan al PP. Es algo que ya resulta evidente. Qué casualidad que las grabaciones de Villarejo estaban guardadas y aparecen a un mes de las elecciones andaluzas. Evidentemente, hay un objetivo, pero nosotros ya hemos pagado un alto precio por la corrupción. Hubo una moción de censura injusta que nos desalojó del Gobierno después de haber ganado de manera democrática esas elecciones, y que nos ha castigado a la oposición, no solo en el Gobierno, sino en muchas instituciones. Por tanto, nosotros lo que le pedimos a la Justicia es que actúe y que actúe con contundencia y agilidad, que no estemos 10 años esperando una sentencia. Quien haya metido la mano, quien haya hecho alguna irregularidad en el PP, que pague. De hecho, todos los que están inmersos en esos procedimientos judiciales, que muchos de ellos ya han sido resueltos, están fuera del partido. Por tanto, esto es pasado. Estamos hablando de cosas de hace más de una década. El PP del 2022 es completamente nuevo. Es un PP renovado y que no tiene nada que ver con alguna de las actuaciones que se produjeron en décadas pasadas.
- En pocas semanas se espera la sentencia del Constitucional sobre el aborto. ¿El PP sigue apostando por una ley de supuestos?
- Con el PSOE del señor Felipe González se llegó a un acuerdo necesario para abordar este tipo de asuntos, que afectan al ámbito moral de las personas, que hay que abordar desde la pluralidad y ser muy respetuoso. Zapatero, de forma unilateral, rompió ese consenso con su ley y el PP recurrió al Constitucional. Lo que decimos nosotros es que, para este tipo de normas tan complejas y donde hay opiniones tan diversas, se debe buscar un consenso mínimo, al menos entre PP y PSOE. Y sumar a las fuerzas políticas que así lo quieran. Lo que no tiene sentido es que ahora se ponga a legislar y que en unos meses el Constitucional marque las líneas rojas y decaiga lo legislado. Hay un interés, una motivación ideológica por parte del PSOE en utilizar el feminismo en general para sacar rédito electoral. Estos asuntos son tan importantes, tan difíciles de debatir y de legislar, que merecen mucho rigor y mucha seriedad. Esperemos a que el Constitucional se pronuncie, que ha dicho que lo va a hacer, y después nos sentamos y hablamos de esta obsesión de que las menores de edad puedan abortar sin conocimiento ni siquiera de sus padres y de otras muchas cosas que no compartimos.
- Ustedes dicen que el aborto era una cortina de humo para tapar el espionaje con Pegasus. ¿Por qué no ha entregado su teléfono al CNI? ¿No se fía?
- No he entregado mi teléfono porque nuestro centro informático tiene el mismo sistema que el CNI para detectar si hay algún virus y yo prefiero hacerlo en el ámbito doméstico. A mí me generan desconfianza, lo digo sinceramente, muchas de las cosas que están pasando. Que se reconozca que la ministra de Defensa y el presidente del Gobierno han sido espiados, justo cuando los independentistas están acusando a Moncloa de espiarlos, me huele a una estrategia política. Después, me parece un disparate colosal todo lo que se ha hecho. Se ha mermado la credibilidad del CNI y se ha cesado a su directora por seguir las órdenes del Gobierno. Todo es lo de siempre, una huida hacia adelante, todo es el sillón por el sillón. En eso consiste la política de Sánchez.
- Por ahora sigue sentado, ¿cree que agotará la legislatura?
- Sánchez hará lo que más le interese siempre, pero cada vez veo más difícil que aguante toda la legislatura. Tiene unos presupuestos que son papel mojado, como consecuencia de una inflación que ha llegado a dos dígitos, y su mayoría parlamentaria está claramente fraccionada y rota. Tiene una oposición dentro del Gobierno. Hay dos gobiernos en uno y así es muy difícil gobernar. Cuando no eres capaz de llegar a acuerdos dentro del propio Gobierno, ¿cómo vas a llegar a acuerdos con otras fuerzas?
- Un tema que divide al Gobierno es el regreso del Rey emérito a España, ¿usted cree que don Juan Carlos debe dar explicaciones a los españoles?
- El Rey emérito ha tenido que dar explicaciones a la Agencia Tributaria y a la Justicia y ya las ha dado. No tiene ninguna causa abierta y lo que no puede pretender el Gobierno es que se haga un escarnio público de alguien que ha sido jefe del Estado durante más de 40 años y que ha hecho grandes servicios a España. Es un gravísimo error el menoscabo de una de las instituciones más importante que tenemos en nuestro país, la monarquía parlamentaria. El Rey emérito puede venir a España cuando le plazca, porque es un ciudadano español y tiene libertad de movimiento, como tenemos el resto, y puede venir a nuestro país cuando lo considere oportuno.
- ¿Considera que el Gobierno contribuye al menoscabo de la monarquía?
- Hay un interés muy muy muy grande por parte de Podemos, con la complicidad del PSOE, de deteriorar la monarquía constitucional. Hay una sensación clara, ya evidente, de que se quieren cargar nuestro modelo de Estado y quieren una república. No se atreven a decirlo porque tienen una respuesta social todavía contundente en contra, pero, con sus hechos, lo que están demostrando es que quieren deteriorar la institución para restaurar la Segunda República, que nada tiene que ver ni con nuestra historia. España es un país descentralizado. Es un país muy complejo en términos políticos, que necesita la figura de un árbitro. Tener un jefe de Estado neutral es básico para la convivencia en nuestro país. Es un enorme disparate abrir un debate estéril, que no existe en la sociedad, para poner a un político. Yo estoy mucho más tranquilo, y soy político, estando al frente un alto funcionario, un profesional especializado que un político.