Por Antonio Avendaño
Entrevista con Teresa Rodríguez (Adelante Andalucía)
- Si llegara usted al Gobierno de Andalucía, de entre las que fueran inmediatamente viables, ¿cuál es la medida más urgente que tomaría?
- Bueno, las medidas más importantes siempre son de medio plazo, pero entre las que requieren poco tiempo y son absolutamente viables yo daría prioridad a la democratización de la gestión pública y su profesionalización. Nosotros creemos que tiene que haber barreras claras entre administración, gobierno y partido.
- ¿No era eso lo que prometían el PP y Cs?
- Sí, pero lo que se llamaba la regeneración democrática del Gobierno del cambio no ha sido más que sustituir a los antiguos enchufados del PSOE, como ellos decían, por sus enchufados del PP y Cs.
- ¿Y usted qué propone exactamente?
- Establecer un sistema de gobernanza de los servicios públicos donde sean los profesionales los designados para liderarlo. No entendemos que un político tenga que decidir quién es el gerente de un hospital, porque cuando eso se hace, el gerente de ese hospital ejerce de comisario político del partido.
- ¿Menos políticos y más gestores? Es lo que siempre proclamó la derecha aunque luego no lo cumpliera.
- Nosotros entendemos que de viceconsejero para abajo el cargo puede ser perfectamente elegido entre los profesionales y eliminar esos cargos de libre designación que suponen un sobrecoste porque tienen una serie de sobresueldos y también, por cierto, de ayudas al alquiler, que son vergonzantes y se pueden eliminar.
- ¿Qué medida del Gobierno de PP y Cs encuentra más grave o perjudicial para los ciudadanos?
- Pues la política fiscal, porque además de perjudicar a los servicios públicos por la vía de agujerear la hacienda pública, también apuesta por un modelo donde al final lo que hacemos es tratar de ser atractivos por la vía de las ventajas fiscales para inversores y de la mano de obra barata.
- ¿Y Adelante Andalucía qué propone?
- El modelo de desarrollo al que aspiramos se parece más a los de los países del norte que tienen una presión fiscal mucho más alta que la nuestra, pero que garantizan servicios públicos de calidad, hacen inversiones productivas y apuestan por un cambio de modelo productivo que aquí necesitamos buen comer.
- ¿Ustedes son andalucistas, nacionalistas, soberanistas?
- Somos andalucistas. Y hablamos de soberanías en plural, porque es verdad que esa aspiración no existe en Andalucía ni nosotros tenemos interés en introducir ese debate. Lo que queremos es que las competencias se utilicen para mejorar la vida de la gente.
- ¿No es eso lo que han hecho los gobiernos socialistas?
- En su momento se peleó por la nacionalidad histórica y se hizo el referéndum del 28 de Febrero. Se entendía la autonomía como sinónimo de progreso económico. Sin embargo, hoy tenemos más porcentaje de desempleo respecto del conjunto del Estado que en el año 80 y aportamos menos a la renta nacional.
- ¿Hay un nacionalismo bueno, humanista y generoso que sería el andaluz, y un nacionalismo malo, patriotero y egoísta que sería el de los territorios con más renta?
- Sin hacer valoraciones, digamos, morales, lo que hay es un nacionalismo más vinculado a una determinada burguesía y que de alguna forma vincula esa ideología política a la defensa de una posición de privilegio en la economía de España, de Europa.
- ¿El andalucismo no es así?
- Hay un andalucismo cuya base social es popular en la medida en que lo que está pidiendo son políticas sociales que acaben con la brecha que existe en el sur. Es una cuestión sociológica, no tiene que ver con los bueno o con lo malos.
- ¿Cuántos escaños cree que puede sacar Adelante?
- Nosotros vamos a por el grupo parlamentario.
- No menos de cinco, entonces. Muchos parecen.
- Bueno, vamos a trabajar por cinco, pero nuestro objetivo es tener una voz andalucista, construir ese espacio político.
- ¿Quedar muy lejos de ese objetivo de cinco escaños la induciría a arrojar la toalla?
- Asumiría lo que decidamos entre todos y todas, y yo estaría dispuesta a irme en cualquier momento.
- Si sale elegida, ¿será su último mandato?
- Sí.
- ¿Es un sí sin vuelta atrás?
- Sí, sí.
- Si el voto de Adelante fuera necesario para impedir que entrara Vox en la Junta, ¿qué harían?
- ¿Me está preguntando si nosotros le daríamos la investidura?
- En efecto, si facilitarían una investidura de Juan Manuel Moreno que frenara la entrada de Vox en el Gobierno.
- Nosotros votaríamos la investidura del PSOE para parar la entrada de la derecha en el gobierno, pero no votaríamos a Moreno Bonilla. En ningún caso. Nuestro voto va a ser siempre un voto contra la derecha, en su versión más brava y en su versión menos brava.
- ¿Son iguales el PP y Vox?
- Tienen el mismo programa económico. Su paradigma son las rebajas fiscales y lo que ellos llaman agilización administrativa, que es lo que han hecho el PP y Cs a lo largo de estos años.
- ¿Qué hacer ante un horizonte de hegemonía conservadora?
- Un cordón sanitario sobre la derecha, aunque no sea lo deseable, pues de lo contrario nos convertimos todos en cómplices de una política económica que va a seguir generando insatisfacciones, y además estamos cultivando una futura mayoría absoluta de extrema derecha, como está sucediendo Francia.
- En cambio, sus ex compañeros de Por Andalucía, en concreto su líder Inmaculada Nieto sí ha dicho que ellos abrirían un periodo de reflexión para ver si se abstenían en una virtual investidura de Moreno.
- Yo creo que es un error total hacerlo, estoy segura de eso. Y por otra parte, también creo que es un error total decirlo al principio de la campaña, porque de alguna forma favoreces al que está.
- ¿La Adelante Andalucía de ahora dista mucho de la fundada en 2018?
- No, solo hay que tirar de hemeroteca o de los mítines de entonces. Antonio Maíllo y yo en 2018 hablábamos de una fuerza política andaluza con voz propia, que no fuera la correa de transmisión de ningún partido de Madrid.
- Si tuviera que resumir en una sola razón la causa de la implosión de Adelante, ¿con cuál se quedaría?
- El tema del andalucismo y el Gobierno con el PSOE. Esas son las divergencias más básicas que tenemos. Hay otras razones que tienen que ver con la ética de la regeneración política.
- ¿Usted no se apropió de una marca que era de todos?
- Era de cinco fuerzas, de las cuales tres querían continuar con el mismo proyecto.
- Cinco nominalmente, pero dos de ellas, Izquierda Unida y Podemos, mucho más grandes que las otras.
- La coalición era una coalición de igual a igual. Si tú quieres crear otro proyecto que abandone la idea de una voz propia andaluza y que abandone la idea de un Gobierno alternativo…
- ¿Usted siempre propugnó los liderazgos colectivos, pero en la papeleta de Adelante irá su foto?
- Fue una decisión muy pragmática, aunque no estemos orgullosos de ella.
- Tampoco es un pecado mortal.
- No, no, además nosotros no somos tampoco nosotros de fustigarnos. Para nosotros era una forma de clarificar una situación política, o sea, que nadie nos votara por despiste también, y que el que nos votara supiera lo que estaba votando.
- ¿Ve alguna posibilidad de entendimiento en algún momento con el Partido Socialista?
- Sí.
- ¿Cuál?
- Por ejemplo, la de acordar una mayoría suficiente para evitar que la derecha gobierne. Para defender la autonomía, el feminismo, el ecologismo… estamos disponibles.
- ¿Hay 870.000 andaluces de extrema derecha, que fueron los que votaron a Vox en las generales de noviembre de 2019?
- No, yo creo que mucha de esa gente va a votar a Vox como castigo al conjunto del sistema, es un voto de impugnación.
- ¿Qué han hecho los políticos para tener tan mala prensa?
- No cubrir necesidades básicas de la ciudadanía, básicamente. No cumplir sus compromisos. No ser coherentes. Todo ello es el caldo de cultivo de la de la extrema derecha, especialmente en los barrios obreros.
Valoración de Vox
- Voy a citarle una serie de ítems sobre Vox para que me los puntúe de 1 a 10.
- Vale.
- Ultraderechista.
- Un 10.
- Nacionalista.
- También un 10.
- Neofascista.
- Bueno, vamos a dejarlo en un 5.
- Neofranquista.
- Nostálgico, diría yo.
- Xenófobo.
- Otro 10.
- Anticonstitucional.
- Un 8.
- Peligroso.
- A mí no me da miedo Vox; vamos a dejarlo en ni frío ni calor, un 5.
- ¿No los ve peligrosos?
- No, no me parecen peligrosos ellos en sí. A mí lo que me parece peligroso es que la gente por abajo empiece a mirar a los inmigrantes como peligrosos sólo por el hecho de ser de otro país o que la gente vuelva a los armarios por miedo a mostrar su opción sexual o que las mujeres empiecen a callarse.